“A mi sobrina se le murió el bebé porque no hay medicinas”: Testimonio de un venezolano que fue a Colombia a comprar una urna
La cuestión de la ocupación nazi en plena crisis de la deuda griega
Eleni Sfoundouris tenía diez años cuando el diez de junio de 1944 su pueblo fue el escenario de una de las mayores atrocidades cometidas por los nazis: la masacre de Distomo. La sensación de terror se apoderó de ella cuando un soldado entró en su casa, y decidió escapar por la ventana de de la cocina.
Incluso hoy en día, los recuerdos de Eleni siguen vivos: una mezcla de temor y sentimiento de culpabilidad por sobrevivir. “Si no me hubiera marchado quizá habría salvado a una de mis hermanas porque era la más mayor. Se llevaron a toda mi familia y les mataron con una ametralladora. Y los sesos de mi madre estaban esparcidos por la calle. Fue mi abuela quien los encontró”, explica esta mujer.
Ese fatídico día, las tropas de las SS fueron puerta por puerta masacrando a 218 civiles griegos en Distomo. Fue una represalia por un ataque guerrillero contra soldados nazis. Los supervivientes cuentan atrocidades como niños asesinados con bayonetas o apuñalamientos a mujeres embarazadas.Ver video "La cuestión de la ocupación nazi en plena crisis de la deuda griega"
#VIRAL: Una rata destruye los ahorros de una mujer; eran más de $15 mil pesos
La usuaria de TikTok @luzyosy compartió un video en el que se pueden ver varios billetes de $100 soles, moneda peruana, completamente destruidos, supuestamente por un roedor.
“Maldita rata. Mis 3,000 soles ($15,725 pesos), ¡ay!”, escribió la mujer sobre la grabación que muestra los pedazos del papel moneda extendidos en una mesa y otros tantos guardados en una bolsa de plástico.
En la publicación la mujer ha recibido muestras de apoyo y varios usuarios le dijeron que acudiera al banco para que se los cambiaran: “a mi mamá le pasó lo mismo, pero fue al banco central y le cobraron un porcentaje mínimo por el cambio”, “trata de pegarlo y te lo cambian, no importa si falta un pedacito”.
Sin embargo, ella comentó que la habían rechazado: “hasta el momento no me lo quieren cambiar porque falta la mayoría de partes”.
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Estados Unidos teme nuevos ataques con armas químicas por parte del Dáesh conforme avanza la ofensiva de Mosul
Dooa, una niña de 5 años, sufre quemaduras provocadas por un misil lanzado por los yihadistas en el pueblo de Qayyara, en octobre, antes de las tropas iraquíes liberaran la zona a unos 50 kilómetros al sur de Mosul. Otros vecinos sufren aún las secuelas de los gases tóxicos que emanaron de aquellos ataques, unos cuatro de ese tipo de los que se tiene constancia.
“Sentí un fuerte olor cuando el misil cayó en mi jardín, era como el olor de un cuerpo putrefacto desde hace varios días. Las fuerzas de seguridad retiraron el misil pensando que los componentes químicos ya no hacían efecto y cogieron el misil con las manos sin protección alguna y sin que ningún especialista les dijera cómo hacerlo”, explica Sirhan Awwad, residente de Qaraqosh uno de los pueblos del valle de Nínive donde vive la minoría cristiana caldeo-asiria.
Las milicias de esta minoría descubrieron, el sábado, que la Iglesia de Qaraqosh fue utilizada por los yihadistas del grupo Estado Islámico para almacenar y fabricar explosivos.
Muchas de las gentes de esta zona se han desplazado hacia el Kurdistán iraquí.
“Nos extrañó que los yihadistas no hubieran destruido la Iglesia porque, en realidad, la utilizaron como fábrica”, explica Athra Kado, miliciano cristiano de las Unidades de Protección del valle de Nínive.
Los yihadistas disponen de drones para vigilar el avance hacia Mosul y lanzan vehículos bomba en dirección de las tropas, como está siendo el caso en la zona este de Mosul de al-Bakr que los soldados iraquíes intentan cercar.Kenia: Camino a la escuela (Jackson, 15 kms)
Jackson tiene 11 años y vive en Kenia. Dos veces al día, él y su hermana menor caminan 15 kilómetros a través de la sabana poblada de animales salvajes para llegar a la escuela. Un día, mientras yo estaba en el Lago Salado de Magadi, (Kenia), por necesidades de una película, vi a cinco jóvenes que llevaban una bolsa extraña en el cinturón”, dice Pascal Plisson, guionista y director de “Camino a la escuela “, además de autor de varios documentales, entre otros “Masai, Guerreros de la lluvia “.
“Cuando les pregunté qué era, uno de ellos se adelantó y con mucho orgullo sacó una flamante pluma, pizarra y una tiza. Jadeante, me dijo que estaba de camino a la escuela. Hacía dos horas que había dejado el pueblo y corría hacia la escuela bajo el sofocante calor”. Este inesperado encuentro fue crucial, y determinó mi deseo de hacer una película de estas excursiones al conocimiento. El acceso a la educación en Francia es fácil, es un tema que ya ni se plantea; así que tuvimos que buscar países donde este problema continuara existiendo, niños para los que el hecho de ir a la la escuela, siguiera siendo una lucha real.Ver video "Kenia: Camino a la escuela (Jackson, 15 kms)"