Lenguaje corporal: ¿qué es lo que esconde?
4 Maneras En Que El Lenguaje Corporal Puede Mejorar Tu Estado De Ánimo
El lenguaje corporal es una de las formas de comunicación más importantes que tenemos.
El lenguaje corporal de una persona puede cambiar la percepción de los demás y también su autopercepción.
Aquí hay cuatro maneras en que el lenguaje corporal puede aumentar su estado de ánimo.
1. Sonreír.
Los expertos afirman que sonreír puede tener un gran impacto en tu estado de ánimo.
Sonreír con alguien o incluso solo le ayuda a asimilar la información de forma más positiva y mejora su estado de ánimo.
2. Ponte derecho.
Las investigaciones demuestran que sentarse y ponerse recto hace más difícil pensar negativamente.
Un estudio de 2004 concluyó que es mucho más probable que tengas una mentalidad positiva si tu postura es recta.
3. Deja caer los hombros.
Los hombros son uno de los lugares del cuerpo humano donde con más frecuencia se acumula el estrés. Tomarse un momento para permitir que los hombros se relajen aumentará el flujo sanguíneo alrededor del cuerpo y relajará la mente.
4. Haz una pose.
Hacerse grande" posando con fuerza está relacionado con el aumento de testosterona y otras hormonas dominantes.
Ensanchar los hombros y levantar los brazos por encima de la cabeza son posturas que se ha demostrado que aumentan la confianza diaria en uno mismo.Ver video "4 Maneras En Que El Lenguaje Corporal Puede Mejorar Tu Estado De Ánimo"
Hablar en publico: Efecto superheroe
Hasta hace bien poco no lo sabía, pero un 80% de nuestras decisiones, comportamientos o actitudes depende de nosotros. Sólo de nosotros. Es decir, que queda un 20% por ahí que son factores externos y que se escapan a nuestro control, pero el resto está en nuestra mano. ¿No es genial? Querer (50%) y saber (30%) ganan al poder (20%) por mayoría total. Por eso a veces hay que coger postura de superhéroes. Porque el lenguaje corporal moldea nuestra identidad. Como en el reino animal. Eso dice un estudio científico que me encanta y que en 2011 demostró cómo la postura influye en las reacciones químicas: no es lo mismo enfrentarse a una situación con la vista hacia abajo, los brazos cruzados y encorvados (segregamos cortisol u “hormona del estrés”) que como superhéroes (segregamos testosterona, la “hormona del poder”). Brazos en jarra, barbilla levantada y piernas ligeramente separadas. Un par de minutos antes de una entrevista, un reto importante, una conversación que no apetece, un público difícil… y salimos ahí fuera con otra actitud, sintiendo que podemos enfrentarnos al reto, luchar hasta el final con optimismo y confianza y dar lo mejor. Sin rendirse ni elegir la opción fácil. Dicen que no sólo nos sentiremos más seguros, sino que lo haremos mil veces mejor. Cuélate en el ascensor, baño o donde sea y cambia esos hombros, ese morro, esa postura… y transfórmate. Es, una vez más, cuestión de actitud.
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