Locusta, ¿la primera asesina en serie de la historia?
Serotonina: La metamorfosis de las langostas
Las langostas se parecen mucho a los saltamontes comunes e inofensivos que pueden observarse en cualquier paseo por el campo. Pero incluso un entomólogo aficionado puede distinguirlos: se diferencian en el color, en la forma de diversas partes del cuerpo, y sobre todo, en el comportamiento. Los saltamontes son solitarios y no forman ni siquiera pequeños grupos. Las favorables condiciones climáticas provocan un moderado crecimiento de las poblaciones de saltamontes, con lo que los individuos están más cerca unos de otros. Esta proximidad induce un cambio de conducta. Los saltamontes prefieren agruparse cada vez más. Empiezan a segregar una feromona, (el locustol, al menos en el caso de Locusta migratoria) que provoca los cambios morfológicos, entre ellos el mayor crecimiento de las alas, e incrementa el comportamiento de agrupación. Ésta hace que la concentración de feromona aumente y los saltamontes cercanos son atraídos cada vez con más fuerza hacia el grupo.
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